UNA VIDA SIN GUÍA

Antes de hacer lo que ahora hago, antes de convertirme en una mujer Rise, mi vida era una vida común, una vida como mujer empresaria, jefe de un equipo de trabajo, la vida de una mujer profesional que se construyó a pulso y que vio como los sueños pueden hacerse realidad a través del poder de decisiones determinadas y de una conexión profunda con esos sueños.

Al provenir de una familia de clase media baja, mis recursos económicos fueron siempre limitados, pero en mi corazón siempre ha existido un inconformismo natural que me ha hecho buscar crecer y ser muy exigente conmigo misma; vivo la vida bajo la premisa de que “no existe el éxito sin excelencia” y en esa búsqueda constante me he conectado con la fuerza interior, con ese carácter ganador que promuevo y que ha sido el valor que me ha permitido sobrellevar muchas dificultades.

 

Justamente a raíz de una de esas grandes dificultades, una quiebra económica me llevó a deshojarme hasta tal punto que sólo quedó un corazón frágil y vulnerable, pero un espíritu inquebrantable que no estaba dispuesto a detenerse, hizo que por ley de la causalidad, llegara a mi vida un mentor.

 

Y este blog hoy está dedicado a él, pero además, está dedicado a ti, mi querida lectora, porque para la mayoría de las personas, tener un mentor es algo que desafortunadamente se considera innecesario, y la razón de ello se la atribuyo a tres cosas principalmente: primero, a que nos consideramos producto terminado por lo cual sabemos y somos tanto que no necesitamos a nadie que nos tome de la mano para impulsarnos, lo segundo, que nos acostumbramos demasiado a nuestra zona de confort, y nos resguardamos en el incómodo “yo soy así”, y lo tercero, que por lo general no tenemos la información correcta en muchos aspectos de la vida porque vivimos en medio de la marea de lo que “todos hacen”, y al no tener esa información, es como si tuviéramos un velo que nubla nuestra vista, y que nos produce una ceguera mental propia de una vida llena de distracciones, pero escasa de determinación y de sueños extraordinarios.

 

Un mentor es aquel que ha recorrido antes, los pasos que tú estás recorriendo, y esto hace que tenga no solo los conocimientos adquiridos a través del estudio y de la recopilación de información, sino que además tenga las herramientas que solo pueden ser adquiridas a través de la experiencia, un mentor extraordinario te habla desde la coherencia de haber recorrido sus palabras, y no desde la teoría vacía que sin aplicación no tiene validez alguna, un mentor te brinda el soporte que necesitas para levantarte de esas caídas que te hacen sentir frágil y desorientada, es sin duda un vehículo que te ayuda a cruzar más rápido y menos tortuoso, el camino hacia el logro de aquello que anhelas.

Mi vida era la misma día tras día, creyendo que todo lo hacía bien, pero mis resultados decían otra cosa, y es por eso que hoy, agradezco a Dios, la presencia de un mentor en mi vida, y ahora estoy más que segura, de que siempre me dejaré guiar, y que de acá en adelante, siempre buscaré apoyarme de aquellos que estén un escalón más arriba, de aquellos que me permitan ver el camino a través de sus ojos, y que con toda esa pasión propia solo del que ha superado grandes retos, abrirá mi visión a algo que siempre ha estado allí, pero que no podemos ver hasta cuando hemos ampliado nuestra consciencia.